Erase una vez un ave que volaba tan alto que atravesaba todos los cielos, de continente en continente.
Esquivaba nubes, tormentas y truenos como un gran desafio. Probaba constantemente su vuelo en diferentes latitudes, planeando suave y velozmente. Aleteaba sus alas de diversas formas, dominaba su vuelo como la mejor sin siquiera darse cuenta de su experticia, siendo algo natural para ella.
De repente comienza a darse cuenta que otras aves ya no zurcan los cielos y decide bajar a la tierra para ver que pasa.
Comienza a escuchar sobre la tan temida peste que acecha sobre los cielos y comienza a evitar volar pues es muy peligroso ser libre.
Y comienza a caminar en lugar de volar creyendo que en los vientos y el sol existe un virus mortal.
Poco a poco, y en su afan de sobrevivencia se acerca a una jaula que le ofrece seguridad, inmunidad comida y abrigo. Y empieza a olvidarse de quien ES, y a pesar que la puerta de la jaula estaba abierta, el ave comienza a temer volar.
Poco a poco su deseo de volar fue suplantado por lo que decian las aves mas expertas, solo moviendose dentro de su jaula y tratando de adaptarse a esta nueva realidad.
Un dia, dentro de su prision, una leve brisa de la ventana levanta sus plumas golpeando suavemente su rostro, abriendole los ojos en este letargo, y siente un leve anhelo de su pasado, el cual comienza a aumentar dia a dia sin poder detenerlo.
¿Que pasaria si salgo de mi jaula, podre volver a volar, y si no puedo? Es un riesgo muy grande.
Y luchando contra la duda, decide dar el paso. Primero sale de los barrotes que ella misma eligio, hacia una superficie donde el olor de la naturaleza, de la primavera explota ante sus ojos, con sus colores y en su mayor explendor.
Y comienza a escuchar la vida que vibra dentro suyo.
¡Quiero volver a volar, con mi propio radar, en mi propio ritmo, y viviendo mis propias experiencias!
Y retoma el vuelo, volando y volando cada vez mas alto, dandose cuenta que podia ir mas alla de lo que hasta ahora habia logrado, impulsada por una fuerza desconocida surgiendo de lo mas profundo de su Ser. Y vio que otras aves seguian su audacia, y que su impulso inspiraba a otras aves sacandoles el temor a ser ellas mismas.
Aguilas, condores, y diferentes aves volvieron a disfrutar su vuelo.
Volar no era peligroso, era todo lo contrario.
El ave que se atrevio a desplegar sus alas, logro ir tan alto, que fue mas alla de la atmofera, llegando con su vuelo a otros planetas y a otras galaxias, liberando con su vuelo, a otras aves en cada lugar.
Viva la Florosofia!!