Las Esencias Florales del Desierto Florido son resucitadoras, sinónimo de fecundidad, un trabajo interno que nos conducirá a un nuevo amanecer, a la experiencia de la tierra prometida, un lugar privilegiado de gozo, la recuperación de lo perdido. El ayuno nos prepara para un nuevo comienzo donde el alma nos empuja a liberarla, a ponerla al servicio de la evolución.

Como las semillas del desierto, nuestra verdadera esencia está arraigada en lo más profundo de nuestro ser, y duerme esperando la decisión de emerger hacia la plenitud. Las flores del desierto nos conducen al mejor lugar para escuchar al corazón, para elevar nuestra frecuencia vibratoria, y entrar en contacto con los Padres del Desierto y aprender a ver las cosas que no se ven.