Todo está cambiando. Antiguamente, los grandes buscadores miraban a Oriente, anhelando los conocimientos y la espiritualidad que de allí se emanaba. Pero, en la actualidad esa vibración originaria desde el Himalaya se ha transportado a la Cordillera de los Andes, la cual es un cordón que se asemeja a la columna vertebral del planeta.

En mi caminar, de sur a norte por este cordón montañoso, he ido descubriendo las esencias florales del Bosque Profundo, del Desierto Florido, del Altiplano, Asilvestradas, y las esencias del Centro del Mundo. Todos estos diferentes jardines florales, biodinámicos, han sido creados con un fin en su geometría, en su belleza, en sus colores, en su generosidad. Nos entregan nuevas formas de abordar problemáticas que hace 80 años no existían, o no tenían tanta relevancia, trayendo una nueva mirada de la humanidad y ayudándonos a adaptarnos y a resolver conflictos como el tiempo, nuevas formas de relacionarnos, de aprendizaje, de comunicación, de afinidad, con una novedosa perspectiva que nos permite crear, desde nosotros, un mundo mejor.